¿CÓMO CAMBIAR LAS MALAS ACTITUDES?

 



¿Cómo puedo cambiar las malas actitudes?


Es posible que a veces solo entendamos con ejemplos. Cuando algo ahoga es hora de un nuevo respiro.

Un ejemplo para comprender un poco mas este tema tiene que ver con "abrir las ventanas"

Abrir las ventanas es la cotidianidad en las casas; algunas veces en las oficinas o cualquier lugar habitable.

Es muy raro observar que una edificación o casa no tenga por lo menos una ventana.

El origen de la palabra ventana se desprende de “viento” y aunque se usen también para dejar entrar la luz, el principal objetivo de las ventanas es la entrada y circulación del aire.

Un espacio cerrado ahoga a quienes lo habitan; es por ello que las ventanas son imprescindibles.

Alegoría de las ventanas

Alegóricamente, cada persona tiene ventanas personales que abrir en sus vidas para no asfixiarse.

Todos de alguna u otra forma podemos estar en un encierro del que deseamos o necesitamos salir.

Afortunadamente tenemos la capacidad o el potencial de abrir nuestras ventanas para recibir nuevos aires y limitar los ambientes, actitudes, hábitos, personas y cosas que tienden sofocarnos.

Ejerce tu poder y control

Las ventanas las puedes abrir o cerrar a tu antojo, es decir, tienes la oportunidad de controlar que entra y sale de tu vida. 

Nada ni nadie puede ni debe oprimir o ponerte en aprietos que te impidan expandir tus horizontes y por ende tu calidad de vida.

No tienes relaciones interpersonales, costumbres, o manera de ser, para que te asfixien o limiten.

Puedes poner un alto y “abrir las ventanas” para que circulen de tu vida los aires que te hacen debilitar.

Abre ventanas y recibe nuevos aires

Abrir ventanas es cambiar, sustituir, complementar y en el mejor de los casos recibir algo nuevo.

1.- Sustituye una mala actitud

Nuestras actitudes muchas veces asfixian las buenas relaciones.  Podemos tener tantas actitudes como personas.  Identifica esa mala actitud que agota tus relaciones tales como:

  • El enojo.
  • La amargura.
  • La hostilidad.
  • La arrogancia. 
  • El orgullo.
  • El pesimismo.

Las malas actitudes deterioran la fluidez y bienestar de tus relaciones interpersonales, de tu salud y de tu espiritualidad.

De allí que estos son los desafíos que debes enfrentar casi diariamente.

Enfócate en hacer un arduo trabajo para mejorar tu actitud. De eso se trata tener el control. 

Cambia un mal hábito

Es muy difícil erradicar un hábito; sin embargo, se hace imprescindible hacerlo;  ya que cuando no puedes satisfacerlo, te acarrea sentimientos negativos o incluso pudieras somatizarlos. 

Un caso muy particular es el desespero de muchas personas al no tomar café en el día, o fumar cigarrillos, comer chocolates, trasnocharse o cualquier otro mal hábito.

Escuchamos personas que pueden padecer dolores de cabeza, debilidad o cualquier otro mal funcionamiento orgánico y funcional.  Esto lo considero asfixiante. 

Refresca o mejora tus conocimientos e invierte en ti

Mantenerse estáticos a manera personal y profesional puede resultar monótono y sofocante. Ante ello, es vital que hagas renovaciones a tu conocimiento y procurar hacerte experto subiendo en niveles de conocimiento por muy sencillos que sean.

Preguntaba a una amiga que tiene un negocio de repostería que si hacían inventos de dulces, tortas u otros productos reposteros y me dijo que no tenían tiempo.

No obstante considero que ofrecerle novedades y sorpresas a los clientes haría mucho más exitoso su negocio.

Siempre invierte en ti para ofrecer lo mejor a quienes te rodean.

Pudiéramos seguir una larga lista de cosas que nos ahogan o asfixian, pero lo realmente importante es abrir esas ventanas en los espacios que se han vuelto ineficaces para respirar ampliamente.

Abre tu ventana aunque sea pequeña, expande tus horizontes, deja entrar nuevos vientos y ábrete también la luz.

 

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